Pidiendo Amor con llanto







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Escribir sobre lo que se siente y piensa, es algo muy personal. Mostrarte al mundo de internet, tal y como eres, exponiendo tus historias más personales, es un gran desafío.  

Naces, y sales de ese mundo calentito y acogedor del vientre materno, con sonidos tenues y de  repente, estas en un mundo lleno de caras nuevas, sonidos, cambios de temperatura y empieza el proceso de aprendizaje y adaptación. 

Aprendes a alimentarte, a llorar instintivamente para cubrir necesidades básicas, pero desde allí ¿ya aprendemos a pedir amor y atención? Pues me encantaría tener certeza absoluta de como lo hacemos y como eso aprendido se va modificando a lo largo de la vida.

El bebe llora, para sentir a su madre, que le abrace, pidiendo lo mantenga en su pecho. Pero este proceso de amor y cercanía, no puede ser de 24 horas, aunque, probablemente ese bebe necesite de esas 24 horas de más y más cariño, y por supuesto atención para su desarrollo. 

Aprendemos, de la infancia a racionar antes esas necesidades de afecto, igualmente, a estar momentos sin caricias, sin abrazos. Vamos creciendo, y ese tiempo con afectos, poco a poco se reduce más y más. 

Dejamos de llorar para solicitar nos den amor y atención, pero empezamos a buscar y aprender otros medios a través de la observación, para que se atiendan las necesidades afectivas propias y expresivas del amor.

Cada niño desarrolla sus propias estrategias, rabias, pataletas, llanto, hiperactividad y siempre de la mano de resultados; desarrollamos una personalidad,  formas de expresión/protección y maduramos, o por lo menos eso se cree. 

Madurez muchas veces se calcula a través de la inteligencia emocional, la cual gracias a Daniel Goldman, se ha conocido como termino funcional.

Para desarrollar, más este punto la inteligencia emocional, es muy importante recalcar que no tiene nada que ver ni con control, ni represión de aquellas emociones que consideramos malas: miedo, tristeza, asco, ira; todo lo contrario se refiere a entender de cada una de ellas, ¿qué significan?, ¿que las originan? y ¿cómo resolver la causa raíz?. Todas y cada una de las 6 tan conocidas emociones básicas, de las cuales solo nos faltaría mencionar la sorpresa y la tan soñada alegría, con la cual coincido con varios psicólogos, que la alegría como emoción es inviable que una persona la sienta 7 por 24, puesto que de ser así, podría ser considerado como una reacción maníaca.

Así llegamos al punto, el cual quiero desarrollar, y es como soy capaz de gestionar mis emociones y pedir  amor, según mi propia vivencia. 

Me considero una persona bastante afectiva, con lo cual, es viable que esta sea esta mi principal forma de exigir atención, soy bastante fiel a mis emociones, espresándolas fácilmente, aunque siempre por educación y cultura, mi entorno ha intentado cohibir mi expresividad, sin conseguirlo: lloro con facilidad me enfado, con rapidez y todo lo que es emoción suele verse reflejado en mi bastante natural, en mi rostro y en todo mi lenguaje corporal.

Lo que realmente considero muy difícil, es determinar la causa raíz de esa emoción y como trabajarla. Esto a mi parecer es el punto de inflexión, es decir la inteligencia emocional, expresión represión vs causa.  

El día a día está basando en trabajo, quehaceres y situaciones que deben ser gestionadas por cada ser. Considero que la clave de buena gestión de la cotidianidad está en la expresión de emociones, necesidades y siempre ahora mi palabra favorita, la compasión por el prójimo y aún más importante por mí mismo.

Dejemos de salir a la calle a juzgar como en la edad media, con una guillotina bajo el brazo, cortando cabezas a nuestro alrededor. Sí, nos equivocamos, sí, tenemos derecho a empezar de cero y sí, somos merecedores de perdón.

Dar y recibir, debe ser algo natural y reciproco. No debe estar provocado por ningún experimento, ni solicitud desbocada de atención. Más en aquellos casos que hablamos del amor. 

Debe ser dado y recibido espontáneamente, como el mejor regalo de la vida. Aunque  la sociedad tilde  a aquellos quienes expresan abiertamente el amor, como un acto de debilidad. Si somos fieles a nuestra esencia y necesidades, seremos más fuertes y encontraremos más paz. 

Reflexiono sobre esto, y termino entendiendo, que aunque siempre sentí que recibí menos de lo que daba, que otras veces dí poco en relación a lo que recibí, por miedo. Es un hecho que nunca podrá ser realmente evaluado, ni puesto en una balanza para determinar lo que está bien o esta mal. Este texto es una invitación formal a ser más sinceros, expresivos, más dados a dar y recibir de manera honesta.

Amemos más, colaboremos más y seamos mas cauteloso con nuestras reservas, que con nuestros regalos al universo, seamos más libres de ser quienes somos en completa armonía.



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