Un adios con mucho ruido

Hoy te escribo esta carta, a ti con quien se me hace tan difícil hablar,
a veces te grito lo que siento, sin hacerme escuchar
tu pronuncias tus palabras pero no las puedo enfrentar
y entonces me pregunto: ¿si es que tu ya aquí, no estas?.

¿Por qué he de entender cosas? con solo imaginar
si es mucho mas fácil poderlas recordar
si salen de tu boca: son un sonido angelical,
cada vez que la nostalgia me quiera golpear
una de tus frases me conforta
aun cuan no me guste este final.

A veces me siento perdida y no puedo regresar
ni buscar más nada donde ya no me veo más,
no hay dimensión diferente, ni lugar donde enterrar,
los hechos que están ante mis ojos y es que no te veré mas,
que fuiste un espejismo tan solo un retrato mas,
una adorno en un sueño,
de algo que nunca fue real.

Duele tener que enfrentar que ya no volverás,
aunque sin ti, no debería preocuparme más
sobreviviré con seguridad,
pero no quiero ni pensar que así será el resto de mi vida,
solo recordar, cuando nuestras manos se unían en un solo caminar
es triste saberlo ya, que tu no vas a regresar.